v Animándome a dejar la chupa y el biberón evitaré malformaciones en mi boca.
v Ofreciéndome alimentos sólidos aprenderé a masticar y mejoraré la movilidad de mi boca.
v Enseñándome a ser autónomo: dormir solo, vestirme, sonarme, asearme, etc.., me haré grande y mi lenguaje crecerá conmigo.
v No traduciendo mis gestos y sonidos, y “exigiéndome” que intente usar las palabras me ayudarás a desarrollar mi lenguaje.
v Hablándome de forma clara, correcta y despacio podré entender y aprender a usar las palabras.
v Haciéndome preguntas como: ¿quieres leche o zumo? en lugar de ¿quieres leche? para yo responder con un “sí” o un “no”, me ayudarás a que nombre las cosas.
v Ofreciéndome buenos modelos de lenguaje, no hablándome con diminutivos ni imitando mis errores, aunque sean graciosos, me ayudarás a pronunciar correctamente.
v Ampliando y enriqueciendo las palabras que digo aprenderé a construir mis primeras frases.
Cristina Nuez. (Maestra especialista en Audición y lenguaje.
Licenciada en Psicopedagogía. Máster en Logopedia.)